Saturday, June 13, 2009

ENTRE LINGUISTAS TE VEAS


En su libro La verdadera historia de la conquista de Nueva España, publicado en 1568, Bernal Díaz del Castillo nos deja saber que Hernán Cortez y sus acompañantes, Díaz del Castillo entre ellos, quedaron atónitos al contemplar por primera vez el mercado de Tlatelolco en Tenochtitlan, actual ciudad de México. Díaz cuenta que les toco ver una multitud de personas que con todo orden se encontraban escogiendo entre una inagotable variedad de productos comestibles y manufacturas. Díaz comento que ninguno de los conquistadores había visto cosa igual en su vida. No era solo la cantidad de productos, sino también el orden y los controles que regían aquella sociedad; entonces, Díaz concluyo que aquella que habían encontrado era una gran civilización.

A pesar del euro-centrismo latente en el comentario, Díaz no deja de tener razón. En el 2003, Matthew Restall, especialista en historia colonial, concluye que es un mito el pensar que los conquistadores españoles fueron exitosos al lograr imponer su cultura sobre los pueblos conquistados en centro de México. Luego de 1520, los pueblos antes dominados por los aztecas, pasaron a tener nuevas autoridades políticas, pero esos pueblos siguieron fieles a los valores y la cultura que habían heredado de sus ancestros y que habían cultivado por centurias, incluso mucho antes del arribo de los aztecas, o Mexica, como también se denominan.Los estudios culturales del presente señalan que en México, mas que imposición se produjo una fusión cultural. Los mexicanos incorporaron en forma selectiva algunos de los hábitos que les vieron a los colonizadores. Sin embargo, los mexicanos siguieron hablando y escribiendo en Náhuatl, su propia lengua, por dos siglos después de la llegada de los españoles; es solo a mediados del siglo 18, que buena parte de los habitantes de lo que hoy es México llego a dominar el idioma español perfectamente.

Mientras, los conquistadores Europeos decidieron adoptar costumbres de los conquistados en el centro de México. A mediados del siglo 17, aunque no hay precisión de la fecha exacta, se afirma que la madre superiora del convento de Santa Rosa en Puebla decidió seguir los consejos de sus ayudantes de cocina nativas a la hora de preparar el menú para la visita del Virrey de Nueva España al convento. De esa combinación de las técnicas culinarias españolas e indígenas, surgió esa maravilla para el paladar que es el mole poblano, una salsa para carnes rojas y aves, que contiene chocolate y que es la adaptación de un plato ancestral herencia de la cultura Maya.

Esa mezcla de elementos nativos e importados dio origen a lo que en el presente podemos identificar como la magnifica cultura mexicana; a lo mexicano! Y todos hemos experimentado lo que significa el peso de la cultura mexicana mas reciente. Quien no ha visto una película de Cantinflas o un capitulo de El chavo del ocho? Quien no se sabe de memoria El Rey, o puede seguir de corrido la letra de Bésame Mucho, Somos Novios y La Biquina? Quien no se alegra con la llegada del mariachi a cuanta fiesta matrimonial uno asiste? Quien no ha festejado un cumpleaños con unas mañanitas, unos tequilitas, unos tacos y unas tortillas, los tacos flojitos? Nosotros hemos adoptado mucho de la cultura de México; todos somos un poco mexicanos, hay que admitirlo.Ahora bien, una cosa es nuestro reconocimiento a los mexicanos y su poderosa e influyente cultura; pero, otra cosa bien distinta es tener que aceptar a la fuerza las consecuencias de este imperialismo cultural mexicano. Aquí en los Estados Unidos, donde estoy, muchos lingüistas, y especialmente los fonetistas, consideran que el habla de los mexicanos representa el nuevo estándar del lenguaje que una vez hablo y represento Cervantes(*). Yo no puedo aceptar eso de ninguna manera.

Eso significaría aceptar que Fernando Colunga y Thalía, y el resto del elenco de Televisa, pasen a convertirse en el nuevo referente del buen habla del español. No puedo imaginarme que tenga que aceptar como correcto el uso de la palabra platicar, en vez de conversar. Tampoco me gustaría tener que suplantar, por incorrecto, el adverbio de frecuencia siempre por el verbo soler. No podré empezar a decir charola y seguiré diciendo sartén; y menos aun sustituiré la palabra chamo o jipato por escuincle. No señor.

Es muy cómodo para esos lingüistas el contar con un estándar-el habla de los mexicanos- contra el que comparar las demás variedades del habla de todos nosotros, los hispanos no nacidos en México. Ellos, los lingüistas, se podrán entonces a pontificar. Concluirán que existen serias divergencias en el habla de los latinos, ya que hay muchos que se alejan del estándar y por lo tanto, esos desviados no están en lo correcto. A mi no me parece.

Pero, el supuesto que subyace en esta visión de los lingüistas, es lo que realmente me molesta. Los mexicanos y su habla pueden representar el estándar del español porque ellos constituyen el mayor número de hablantes de nuestra lengua. Es decir, los mexicanos son la mayoría y la mayoría se respeta. Pero, es que resulta que eso no va conmigo. Lo confieso, yo he desarrollado una fobia a todo lo que sean las mayorías; sobre todo detesto esa simpatía de las mayorías por la imposición y la intolerancia. Digo sin problema, que no siempre la mayoría tiene la razón y, que, por lo general, la mayoría se equivoca. Mi corto circuito con los lingüistas y sus criterios, obedece entonces a una manía mía.

Es bueno aclarar, que los fonetistas que sostienen el criterio que yo adverso no tienen el monopolio de la verdad. Es decir, puede que no sean mayoría. Otros lingüistas en los Estados Unidos, y quisiera pensar que son muchos, piensan que se debe trabajar con mas de un estándar. Esos lingüistas han respaldado la creación de Academias de la Lengua Española en distintos países hispano-parlantes y celebran la publicación del Diccionario Pan- Hispano de Dudas, que acepta las versiones locales del habla hispana.

Yo de todas maneras debo ser cuidadoso al tratar este tema. Estoy rodeado de lingüistas. Me case con una abogada que aquí en el norte se convirtió en lingüista. Además de la esposa, tengo una hermana y una cuñada que son lingüistas también; y no puedo evitar el compartir el 4 de Julio y el tercer jueves de Noviembre- día de acción de gracias- o cualquier noche para celebrar con unos cuantos lingüistas que son nuestros amigos cercanos aquí en Athens. No quiero ni tocar el tema, no vaya a ser que me de cuenta que aquí también, en este tema, estoy en minoría y que una mayoría, cualquier que sea, me va a seguir imponiendo cosas que yo no quiero.

Jesús Luis
Athens, 18/02/2009

(* )Me refiero al español, no al castellano, como acostumbra decir el ciudadano Leopoldo Castillo, cuando se refiere a la división de CNN que transmite en nuestro idioma. El castellano es el dialecto que se habla en el centro-norte de España, y ya hace años que no define el idioma que hablamos aquellos que nacimos desde el río grande para abajo. En primaria y bachillerato dan clase de español, no de castellano.

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