Saturday, July 18, 2009

EN EL MAR DE LA TRANQUILIDAD





Finalmente, el muchachito de seis anos, se salió con la suya y tuvo entre sus manos la esfera grisácea.
Esta esfera, menos colorida y mas pequeña que el globo terráqueo, tenia su atractivo para el infante. Era de su hermano mayor, al tiempo aficionado a la geografía, quien la tenía como objeto de veneración en su habitación. Estaba en la repisa más alta de una biblioteca, repleta no solo con libros, sino también con esculturas de yeso, carritos, cajas de tiza y lápices. Treparse, sin caerse o tumbar algo, era más que imposible. La esfera era entonces un objeto prohibido, pensaba el niño.
Pero, esa tarde, del 20 de Julio, su hermano mayor se la puso en las manos al chamito. Al tenerla cerca, el niño pudo darse cuenta que no era cierto eso que le decían, “que esa esfera era de queso”. Pudo ver muchas letras, pero sin poder entender nada, ya que en ese momento Coquito no había llegado a sus manos. El chamo se conformo con asentir cuando su hermano le dijo, “allí, allí mismo, a ese lugar llegaran los Astronautas del Apollo 11”. El lugar era un mar, pero de arena.
Cargando la esfera, el muchachito entro confiado a la habitación de la casa, que había sido habilitada como un salón de cine. La habitación tenia cortinas, pero los de su casa desconfiaban de la protección que ellas podían brindar, y procedieron a colocar unas toallas en las ventanas, para estar seguros que no entraría ni un rayito de luz. Cosa difícil de lograr, ya que, en esa habitación, la claridad se hacia mas intensa a eso de las 4 de la tarde, hora pautada para el inicio de la transmisión por RCTV.
Los arreglos domésticos dieron resultado, y el muchachito, junto con los de su casa, pudo ver con claridad, en un televisor de blanco y negro, y análogo, el alunizaje del modulo lunar Columbia Eagle, en español el Águila Colombiana. Eso fue a las 4:17 pm. Ya después no hubo problema con las cortinas; ya estaba bien oscuro cuando el chamo contemplo a Neil Armstrong y a Edwin Aldrin caminandito en la luna, a partir de las 10:59 pm. A ese carajito lo pudieron despegar del televisor y mandarlo a dormir como a la 1:30 am, cuando Armstrong y Aldrin terminaron de recoger piedras, para también irse a dormir en el Águila Colombiana.
El muchachito se durmió con su esfera lunar y soñando con la imagen de los astronautas retozando en la luna; y poco le importo saber que la visita de ellos seria corta, y que dejarían la luna a eso de las 12 del medio día. Tampoco era problema de ese infante entender que ese y los otros viajes espaciales eran posible por los conocimientos acerca de cohetes, o misiles dirigidos, desarrollados por los científicos alemanes. Si, esos mismos científicos que ayudaron a Hitler a dominar gran parte de Europa durante la segunda guerra mundial del siglo XX. Si, esa misma guerra que el carajito solo conocía por las fotos de la enciclopedia II Guerra Mundial, que estaba en la biblioteca del cuarto de su hermano.
Ese muchachito no podía entender que, aquel 20 de Julio, los Estados Unidos le ganaban una batalla de relaciones públicas a la Unión Soviética, potencia con la cual competía en el terreno político y militar. Luego del fracaso en la invasión a Cuba, de Bahía de Cochinos, y sobre todo, de la entrada en orbita del cosmonauta soviético Yuri Gagarin, el presidente norteamericano John Kennedy sentencio que su país debía llevar una nave piloteada a la luna, antes de terminar la década de los 60. De esa manera, los norteamericanos concentraron el mejor talento científico en la NASA para desarrollar el conocimiento necesario. * El propósito era que el liderazgo científico se tradujera en beneficios militares y políticos; y así fue.
Era difícil que esa noche, el infante adivinara como ese viaje espacial impactaría la vida cotidiana de su tiempo como adulto. El bisturí de diamante, que ayudó a los científicos de la NASA a cortar las piedras que recogieron Armstrong y Aldrin en la luna, paso a ser un instrumento fundamental en las salas de operaciones en los hospitales del mundo. El horno de micro-ondas llego directo del Apollo 11 a las cocinas de números hogares del mundo. Y los satélites, como los que le permitían a los astronautas del Apollo 11 comunicarse con la NASA en Cavo Cañaveral, permiten ahora recibir llamadas telefónicas, señales de televisión, y datos de toda índole en cualquier parte del mundo.
No sabia ese muchachito, que muchos, los incrédulos de siempre, pensaban que la transmisión de aquel 20 de Julio había sido un montaje de Hollywood. Ellos, como Bill Kaysing y David Percy declaraban que se trataba de una “conspiración lunar”. Y lo peor, es que el carajito, sin saberlo, le daba crédito, a la postura de esos escépticos. Para el carajito ese, aquella noche de Julio 1969, el había visto el mejor capitulo, quizás jamás visto, de un programa de ciencia ficción; algo irreal y fantástico. Algo así como un capítulo especial, alargado y en vivo, de Perdidos en el Espacio o de Viaje a las Estrellas, con Will Smith y Mr. Spok incluídos. Por eso, aquella misma noche había incorporado a Armstron y a Aldrin en su lista de héroes, mientras seguía navegando en su mar de tranquilidad.
Jesus Luis
Athens, 17/07/2009

*Eso explica la frasecita esa que dice “te voy a llevar pa’ la NASA” , cuando se quiere elogiar la genialidad de cualquier fulano, grande o chiquito.
pd: Para los mas fanáticos, con esto del Apollo 11, les recomiendo visitar http://www.wechoosethemoon.org/. Alli podrán seguir en tiempo real, como si estuviésemos en Julio de 1969, todas las incidencias de Armstrong, Aldrin y Collins.