Saturday, November 7, 2009

A SU MANERA


A Michael Gorbachov le dió por ponerse a cantar. El último secretario general del Partido Comunista Soviético y presidente de la Unión Soviética, grabó un CD de ocho canciones acompañado por el músico ruso Andrei Makarevich. El disco “Songs for Raisa”, que contiene las canciones que eran preferidas por la esposa de Gorbachov, no es un disco comercial sino que es el regalo a los filántropos que contribuyen con la fundación benefica que Gorbachov preside.
Ya Gorbachov había interpretado, para el gran público, su versión de My Way, la famosa canción que inmortalizó Fran Sinatra. En Agosto de 1989, de visita en Berlín, el último secretario general del Partido Comunista Soviético y líder máximo de la Unión Soviética anunció que, desde ese momento, el ejército del imperio que dirigía no iba a intervenir en los asuntos internos de los otros países miembros del Pacto de Varsovia. Gorbachov les daba autonomía a los satélites soviéticos para responder a las demandas locales que cada uno tenía; cada país podía hacer los cambios a su manera. Ese discurso fue llamado la doctrina Sinatra, o My Way.
Esas palabras de Gorbachov-sobre la no intervención soviética- fueron como una dulce melodía a los oídos de seis de las naciones de la cortina de hierro. Entre Septiembre y Diciembre de 1989, se produjo el colapso o derrocamiento de los regímenes comunistas en Polonia, Hungría, Alemania del Este, Checoslovaquia, Bulgaria, y Rumania. El derribo del muro de Berlín- el 9 de Noviembre-, la revolución de terciopelo en Checoslovaquia, y el linchamiento del dictador Rumano Nicholae Ceausescu y su esposa, a finales de Diciembre, fueron consecuencia de esas intensas jornadas del otoño de 1989.
Otra que ha cantado a su manera, y sin necesidad de instrumentos musicales, es Tamara Suju. Esa abogada venezolana dejó de insistir en conseguir apoyos en su región a favor de los presos políticos de su país. Ella agarró un avión y se fue a Europa del Este. Allá, en Praga, logró que varios de los protagonistas del otoño de 1989 se sumaran a sus causas. Vaclav Havel firmó la carta pidiéndole a Alan García que concediera el asilo humanitario a Nixon Moreno, politólogo venezolano a quien Tamara defiende. El último presidente de Checoslovaquia y el primer presidente de la República Checa, Vaclav Havel fue un preso político y liderizó, junto con los estudiantes y trabajadores, el movimiento opositor al régimen comunista de su país. Vaclav Havel fue el gran artífice de la revolución de terciopelo hace veinte años.Tamara también se trajo de Praga, las firmas de un grupo de líderes mundiales a una petición por una Navidad sin presos políticos en Venezuela.Tamara, buena tu manera de defender tus causas.
Jesus Luis
Athens, Ohio
07/11/2009

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