Sunday, November 15, 2009

CON EL CABALLO Y EL TIPLE


Manuel Pacho se conoce al detalle los llanos de Casanare, en el oriente colombiano. Es un baquiano y con un caballo, un machete al cinto, y un chinchorro para pescar en el Meta, puede subsistir por días en ese paisaje abundante de morichales y garzas blancas. Pacho esta acostumbrado a divertirse comiendo carne en varas, o ternera a la llanera, y bailando joropo, pero interpretado con tiple. Así describe Eduardo Caballero a Manuel Pacho, héroe de su epónima novela. [1]
Pacho es un héroe literario que le toco vivir en el tiempo de la “La violencia”. El vio cuando una banda de delincuentes- no supo si liberales, conservadores, o simples guerrilleros- asesinaron a sus padres y a todos los peones de su finca. Dice que se salvo de milagro y que “fueron cosas de la Virgen Santísima de Chiquinquirá”. Pacho emprendió un largo viaje a pie por el llano, con el cadáver de su padre, al lomo, para que recibiera sepultura con una ceremonia católica. Y en aquel trance, Pacho decía “—Y como pesa! Virgen Santísima de Chiquinquirá. Se diría que pesa tanto como huele y huele a diablos”. Mas adelante en su travesía, Pacho seguía diciendo “—No puede ser, no puede ser Dios mío! Virgen Santísima de Chiquinquirá dime que son ideas mías, si es que no me estoy volviendo loco de miedo!” [2] La Chiquinquirá era su única compañía.
Esa devoción a la Chiquinquirá que expresa Manuel Pacho, es muy común entre todos los colombianos. La Chiquinquirá, la que vemos junto a San Andrés y a San Antonio, y que en el Zulia llamamos La Chinita, es también su patrona. La virgen con el rosario recibió su nombre porque el milagro de la renovación ocurrió allá en Chiquinquirá, al centro-oeste de Colombia, lugar que los Chibchas llamaban pantano. Cuando la tablita con la Chiquinquirá llegó a la orilla del Lago de Maracaibo, los habitantes de la Nueva Granada, hoy Colombia, ya tenían dos siglos y medio encomendándose a ella; incluso, esa advocación de María ya tenia devotos en el territorio que hoy constituye Perú y Ecuador.
Si la guerra con los vecinos deja de ser solo un juego retórico, hay que estar preparado para que el comandante de las operaciones proscriba la devoción a la Chiquinquirá, o Chinita, por aliada del enemigo. Seria una re-edición de la Inquisición debido a que los ejércitos reales entrarían a las casas de los maracuchos para destruir altares, decomisar las efigies, y no dejar entero ni un solo CD, o LP, con la Grey Zuliana. La Basílica seria convertida en una dependencia del teatro de operaciones No. 2 y se haría creer que el rayo que le cayó al templo en Septiembre del 2009 era un anticipo del designio divino que estaba por venir. La Chinita, o Chiquinquirá, se vuelve peligrosa en tiempos de guerra.
Este 18 de Noviembre para San Juan de Dios no voy, pero si cantaré a todo pulmón la Virgen Guaquera. También, escucharé a todo volumen en ritmo de vallenato Esta Vida, de Jorge Celedon. Quiero celebrar a la Chinita con gaita y vallenato antes que eso sea considerado subversivo y una traición a la patria.
Jesus Luis Athens, Ohio 17/11/2009
[1] Caballero Calderon, Eduardo. Manuel Pacho. Barcelona: Ediciones Destino, 1966.
[2] Ibid: 38, 50, 156

2 comments:

  1. No tengo ningún apego por la religión y los fenómenos que se desprenden de ella, como devociones particulares o locales como la Chinita, pero me parece muy bueno tu artículo y una observación muy perspicaz.

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  2. A LA VIRGEN DE CHIQUINQUIRA

    Es la Reina de Colombia
    la que mas altares tiene,
    pues ningun colombiano
    que en su pecho no la lleve.

    Fray Andres Mesanza, 1913.

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